miércoles, 21 de octubre de 2009


En una época de fuerte hipnosis como la que vivimos, la atención es una herramienta formidable para contrarestar la influencia y la violencia de un sistema que día a día se deshumaniza y tiende a imponer grosera o sutilmente sus modos, sus valores, sus tendencias, su dirección.

Al estar atento disminuyen las posibilidades de ser "chupado" por climas y por situaciones que me terminarían desviando de mis objetivos. No pierdo mi referencia, aumenta la posibilidad de poder revertir situaciones no deseadas, disminuye la hipnosis y puedo decidir.

Hay una atención simple o cotidiana que se da cuando respondo simplemente a necesidades físicas, internas o me distraigo o soy "chupado" por los diferentes estímulos que se me presentan. Es una actitud como mecánica.

Hay otra atención, que aunque diferente a la primera que mencionamos, tiene una misma base. En este caso elijo entre diferentes estímulos según mis intereses, no obstante esos "intereses" no han sido elegidos. Es decir: me muevo con intereses de antemano que no han sido elegidos por mí. Por ejemplo: TENGO QUE GANAR MUCHA PLATA PARA SER FELIZ???; y allí voy, eligiendo lo que tomo y lo que dejo (inclusive otras personas) dentro de ese interés que aparentemente es mío pero que ha sido condicionado por el paisaje y el medio en que nos tocó nacer. Atiendo a más de un estímulo simultaneamente. Esta actitud, aunque tiene un signo mas "humano", tiene también la misma mecanicidad de la anterior.

Hay otro tipo de atención que es la ATENCION DIRIGIDA.

En este caso se necesitará un pequeño esfuercito, se necesitará "ponerle intención", puesto que a diferencia de los otros casos que describimos, no es una actitud mecánica.

Ahora mismo, mientras estamos aquí charlando y estamos atentos a lo que decimos, si hacemos un esfuercito y "me siento" mientras charlamos, es muy difícil que pierda mi centro de gravedad.

En la atención dirigida se destaca un aprendizaje permanente sobre uno mismo, sintiendo mayor apertura hacia otros. Reconozco y comprendo con mayor amplitud mis conductas, actitudes, roles, etec.; y cuento con mayores posibilidades de producir cambios en mí. No se caracteriza por una actitud ensimismada sino que por lo contrario, siento una gran disposición hacia otros. De esta manera, dificilmente nos "traguemos el anzuelo" porque tenemos el "centro de gravedad" en nosotros mismos.

La gugestión del momento en que vivimos es muy fuerte, La sugestión del medio social, de la prensa, de la T.V., actúan muy fuertemente. Las personas no tenemos con que cotejar (al no tener el centro de gravedad dentro nuestro y que nos sirva como una actitud en la cual apoyarnos), vivimos entre "la biblia y el calefón", en todos lados se encuentra lo mismo, hay determinados "valores establecidos", todo eso es aceptado, todo eso no es pensado, es lo que pasa, es lo que susede. Y uno está allí sometido a ese gran campo de influencias y tu atención termina finalmente yendo en esa dirección.

Los humanistas planteamos la atención como una actitud sin forzamientos, una actitud que buscada como punto de apoyo en nosotros mismos nos llevaría a lograr registros y sensaciones de mayor potencia y frescura, de mayor reflexión.

El tema de la atención es interesante para todos los amantes de la libertad, puesto que uno va a llevar su ojo para donde uno quiere que vaya.